Esto es lo que piensa Albert y huye de la tierra de Santa Claus. Pero resulta que nadie en la Tierra lo ama, nadie necesita su magia o sus regalos. Albert se vuelve más y más débil. Afortunadamente, conoce a David, de 11 años, que cree en la magia de la Navidad. Él mismo la busca en vano en una gran ciudad. David le da a Albert su amor sincero. Está dispuesto a hacer cualquier cosa por su amigo. A pesar de eso, Albert sigue perdiendo su poder. Objeciones por las que parece que el amor humano no lo aumenta. Entonces, ¿de dónde viene el poder? Si Albert y David no pueden encontrar la respuesta, el elfo se enfrenta a lo peor.