Siete años después, esta mujer de futuro brillante se ve obligada a trabajar como señora de la limpieza para poder mantenerse a sí misma y a su hijo. Kerim, el hijo de Farah, padece una enfermedad llamada «enfermedad del niño globo». Pasa la mayor parte del tiempo en casa, en una habitación esterilizada y libre de gérmenes, ya que su sistema inmunológico innato es muy débil. Solo puede salir con su disfraz especial durante una o dos horas, una vez a la semana, y solo toma un descuido momentáneo de Farah para que la salud de Kerim se deteriore repentinamente.

Una noche, mientras Farah limpia, presencia un asesinato de la mafia. Le ruega a Tahir, un asesino a sueldo, que la deje ir, prometiendo mantener la boca cerrada y se ofrece a limpiar la escena del crimen. Eso es lo que mejor sabe hacer y, para escapar de la muerte, limpia la escena del crimen sin dejar rastro. Al día siguiente, Farah descubre que la víctima del crimen es un policía; un querido amigo de su vecino Gonul y de su hermano mayor, el inspector jefe Mehmet.
Farah decide testificar y va a la comisaría donde se encuentra con Tahir, quien ha sido detenido por Mehmet. Al salir inmediatamente de la estación, Farah decide abandonar el país, sin embargo, el destino se sale con la suya y de repente se encuentra en un hospital. Mientras intenta escapar, un hombre herido de muerte es llevado a urgencias. Farah interviene para rescatarlo, sin saber que el hombre al que intenta rescatar es el líder de la mafia y jefe de Tahir, Ali Galip. Este acto instintivo la lleva al centro de la guerra entre mafia y policía y a un amor impredecible con su cazador Tahir, en la primera temporada.

Junto a Kerim, el hijo de Farah, los tres juntos crean una familia contra todos los pronósticos que los rodean. Pero el amor entre Farah y Tahir se pondrá a prueba aún más en la segunda temporada cuando Behnam, el padre de Kerim, que había sido dado por muerto, llega a Estambul para recuperar a su supuesta “familia”.